Tras la conquista cristiana de las tierras ocupadas hasta entonces por los musulmanes, San Clemente se convirtió en centro administrativo de toda la Mancha conquense, alcanzando a tener un corregimiento propio que funcionó en el periodo histórico comprendido entre los Reyes Católicos y Felipe II. Prueba de todo ello se refleja en la dotación urbanística con que fue enriquecida. Su punto álgido lo constituye la Plaza Mayor.
La escena está dominada por el porticado antiguo Ayuntamiento, cuyo interior contiene el Museo de obra gráfica de la Fundación Antonio Pérez, que alberga una colección de arte contemporáneo con obras de artistas como Saura, Feito o Lucebert. En la misma plaza, pero en una posición algo desplazada, se encuentra la iglesia parroquial del s.XV, con valiosos retablos en su interior.
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