Fue erigida en el Renacimiento con vocación de "templo ideal" según los cánones de la época y roza esa aspiración de perfección. Era la más importante de las cinco parroquias que llegaron a existir en Alarcón. Se construyó entre 1520 y 1565, sobre el anterior templo Románico, y en ella intervinieron los mejores artistas de su tiempo. Al entrar destaca la bóveda gótica, las majestuosas columnas y las tres naves nos recordarán a las grandes catedrales Góticas.
En su interior, además de la bóveda, el protagonismo lo recoge el maravilloso retablo del altar mayor, pieza única en Castilla la Mancha, está considerado como uno de los más importantes del Renacimiento, en la región. Destacan también en su interior la pila Bautismal y el coro Barroco.
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