La Alcarria abre su corazón a la pintura románica más interesante de toda Castilla-La Mancha. La majestuosidad del Pantocrátor que preside desde el ábside la iglesia parroquial de la Asunción de Valdeolivas alimenta el alma del viajero que llega hasta ella. Esta obra de Cristo en majestad está fechada en el primer cuarto del XIV, aunque el tiempo no ha hecho en absoluto mella en su belleza. Sin embargo, durante algunos siglos las pinturas estuvieron ocultas detrás de un retablo barroco que fue destruido en la Guerra Civil, tras la cual se recuperó esta maravilla del arte. La figura principal del Cristo aparece rodeada por una mandorla mística junto a la que se puede apreciar el Tetramorfos, es decir los símbolos de los cuatro evangelistas. Debe el espectador avezado prestar atención a dos grupos de seis figuras que se encuentran a los lados del Pantocrátor. Representan a los doce apóstoles y, debido a detalles en sus ropas y en sus expresiones, se piensa que podrían estar pintados en época posterior. El conjunto es coronado por la representación del Espíritu Santo en forma de paloma. Al respecto del inmueble hay que decir que la iglesia fue edificada entre los siglos XII y XIII, y reconocida en 1982 como Bien de Interés Cultural. En su fábrica conviven distintos estilos arquitectónicos ya que aunque fue levantada en planta románica de una nave y ábside, posteriores reformas le otorgaron su imagen actual en la que sólo la torre y la cabecera conservan el estilo primigenio. Llama poderosamente la atención la primera, que domina el conjunto con sus cuatro cuerpos, el primero liso y los restantes, que sobresalen sobre la nave, con ventanales pareados apuntados, los dos últimos recercados de puntas de diamantes. En cuanto al ábside está articulado por tres haces de triples columnas entre los que apreciamos dos estrechas ventanas abocinadas en arco apuntado sobre columnillas.
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